CALERUEGA
Caleruega nace para la historia entre los años 912 y 940 de nuestra era. En 912 se produce la gran marcha de los condes de Castilla que arrancando de sus bases de Cerezo, Burgos-Lara y Castrojeriz, alcanzaron Osma, San Esteban de Gormaz, Roa y Aza. El conde Gonzalo Fernández, que avanzó por el centro, siguió con sus mesnadas por Covarrubias, Silos, la Cervera y Clunia. En esta localidad dividió a sus hombres, quienes atravesaron el Duero por Vadocondes. Una columna giró a saliente y llegó hasta la ciudad episcopal de Osma y otra, hacia poniente, conquistó la estratégica villa de Aza. Mientras el conde Téllez ocupaba San Esteban y Nuño Núñez la celtíbera Roa. Vigiladas y armadas las orillas del río se abrió un período de paz que aprovecharon los castellanos para poner en servicio las tierras entre el Arlanza-Esgueva y Duero. Es en este momento cuando se fundan muchas de las villas existentes en este lugar y algunas que ya han desaparecido. Y es en estos años cuando nace Caleruega. El nombre, según los filólogos, deriva del latín “cabis”, cal, producto abundante en la zona. Un grupo de familias procedentes de Castilla Vieja (del norte) o de Mozarabia (sur) forman el poblado, establecen un concejo, se reparten las tierras, señalan los pastos y montes, alzan una torre de vigilancia, instalan un molino y construyen un templo. Los inicios no fueron fáciles puesto que en más de una ocasión los musulmanes arrasaron con todo destacando la destrucción del año 939, antes de la batalla de Simancas. La primera noticia de Caleruega data del año 1062. El 10 de mayo de este año aparece un acta notarial en el monasterio de San Pedro de Arlanza. En él se relata como doña María Fortúniz hace una importante donación de bienes al abad San García, situados en diversos alfoces y pueblos, entre ellos, en el alfoz de Clunia, señala a Caleruega. En el año 1094 aparece el nombre de Caleruega en el archivo del monasterio de San Salvador de Oña. La historia de Caleruega da en 1170 un giro radical hacia la fama y el protagonismo.